La situación de Lindsay Lohan, en vez de mejorar, va de mal en peor. Por eso, creo yo, ha tomado la mejor decisión a su alcance: volver a rehabilitación voluntariamente. Aunque suene increíble, esta es la quinta vez que Lilo ingresa a una institución para que la ayuden con sus problemas con las drogas.Eligió una clínica del sur de California para que su familia y amigos estén cerca y pueda visitarla seguido. Allí planea quedarse hasta la próxima audiencia en la Corte, el 22 de octubre, cuando el juez Elden Fox le dicte las nuevas condiciones de su libertad.
La verdad es que me gustaría pensar que la motivación real por la que Lindsay Lohan ingresó por propia voluntad a rehabilitación es que al fin y al cabo se dio cuenta de que su adicción es un problema realmente gravísimo. Pero no son pocos los que aseguran que ella aún no asume la dimensión de su enfermedad, lo que significa que no está debidamente preparada para luchar contra sus debilidades.
Es muy probable que Lilo haya decidido entrar a la clínica no porque piense que deba solucionar su problema de raíz, sino para prohibirse a la fuerza cometer “deslices” que podrían agravar la delicada situación que vive ante la Justicia. Por supuesto, del mismo modo que sucedió cuando confesó que falló en el test antidrogas, este “buen acto” también le sumará puntos a su favor a la hora de que el Juez evalúe los progresos en su comportamiento.
Ojalá se trate realmente de un cambio real y no de pura estrategia, pero ya sabemos que Lilo no es de fiar.
