Aparentemente, un amigo (aunque de amistoso no tiene nada) fue quien la filmó en una fiesta, en la que él era el anfitrión. Según dice, Demi (que en ese entonces tenía 17 años) se la pasó aspirando cocaína por toda la casa, mientra gritaba agresiones a los demás invitados.
“Váyanse a la m*** todos, soy famosa y no me importa lo que cualquiera de ustedes piense de mí. El mundo entero me ama”.
Lo más grave es que este chico asegura que no parecía una novata en materia de drogas, puesto que tomó cocaína toda la noche sin ningún miedo ni pudor. Otros también han dicho que bebe mucho, aún más luego de que rompió con Joe Jonas.
Nada más les toca caer a Selena Gómez, para confirmar que realmente existe la “maldición Disney” que cae sobre las niñas que se hacen famosas en esa cadena de televisión. Con antecedentes como los de Lindsay Lohan, Britney Spears y Miley Cyrus (que viene de mal en peor), a nadie le extrañaría que todo lo que dicen de Demi sea verdad. Ojalá que no.